Por circunstancias personales, me mantendré desconectado del blog durante un tiempo. Espero volver lo antes posible.

Gracias por vuestra comprensión y un saludo a todos.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Palito a TVE


Desde la frialdad que merece la digestión de una retransmisión tan pésima de la última Supercopa de España de baloncesto, insto a una reflexión de los directivos de la cadena para dar un giro de 180º grados a la situación. De nada sirve que se le haya hecho una propaganda fugaz en el Telediario de ayer - con un show jugadores-periodistas tan poco creíble como anodino - si en la próxima liga se va a seguir tratando al baloncesto por parte de la cadena de todos de esa manera tan despectiva. Me da igual que a esos mismos directivos que ahora hacen gala de haber comprado los derechos de retransmisión les dé por pregonar que el baloncesto empieza a interesar porque la selección gana, convence o es vistosa. Porque no. ¿Acaso la retransmisión de los partidos de fútbol que se hacía hace años en TVE o en la FORTA se realizaba porque la selección de fútbol ganaba?

Señores, ésta no es la historia de "quién fue primero, el huevo o la gallina". ¿Empieza a interesar porque la España está entre las mejores, o España se coloca entre las mejores porque ahora hay más seguimiento? Ni una cosa ni la otra. Es más, ambas tienen parte de razones; sólo que la cantidad de gente nueva que se puede llegar a interesar por el baloncesto es directamente proporcional al número de horas de emisión que se realice de ese deporte. ¿Eso se traduce en número de jugadores, o en número de licencias? No tiene porqué. Pero si ni siquiera le dais la oportunidad de que llegue a la gente, jamás lo sabréis.

El fútbol es un deporte de masas porque lo habéis querido. Está claro que para practicar fútbol sólo basta un balón y una portería, pero eso no es mucho menos de lo que se necesita para jugar al baloncesto. Olvidaros de shares y carajos en vinagre y dadle al baloncesto la oportunidad que merece desde hace tiempo. Recuerdo que en los 80, los años en los que brillaban Epi, Fernando Martín, Chicho Sibilio o Corbalán entre otros, las legiones de seguidores que acompañaban a los partidos a sus equipos favoritos, tanto en la cancha como en televisión (cierto es que sólo había 2 cadenas) era del mismo orden que la del fútbol. No digo que fuese igual, pero seguro que estaban más parejos. La situación actual no requiere de una sustitución de la afición de un deporte por el otro, sino más bien de un entusiasmo generalizado por ambos.

Hace unos días sonó la noticia de la compra de los derechos televisivos de la ACB por parte de una cadena lituana, Sport 1. Se comprometían a retransmitir 60 partidos de liga en la temporada, más toda la serie de playoffs. Supongo que la retransmisión de esos partidos se realizará con medios propios, porque como tengan que utilizar las imágenes que proceden de TVE, se van a dar cuenta del caos organizativo que tiene la televisión de todos para mostrar al público (nacional y extranjero) uno de los tesoros deportivos menos explotados históricamente. Vamos, sinceramente me daría vergüenza que tuvieran que tragarse, por ejemplo, la retransmisión del pasado fin de semana de Supercopa, mates y triples incluidos. O se hace bien o no se hace. Y para no hacerlo, mejor ceder los derechos (o dejar de pujar por ellos) en favor de otra cadena que sepa y tenga medios para realizar una retransmisión deportiva digna de una país desarrollado.

Además, la marcha de Chichi Creus a la directiva del Regal Barcelona ha dejado un vacío mucho más importante del que se pensaba. Fernando Romay es un showman para programas de entretenimiento, pero como comentarista deportivo no da la talla. Él no tiene culpa, ¿qué le vamos a hacer si no tiene los conocimientos técnicos para interpretar el juego? Ayer se anunció la llegada de Sergio Scariolo a la silla de comentaristas de ACB. Me parece acertado su fichaje, pero no debemos caer en la relajación de saber que la llegada de Scariolo aportará ese conocimiento del juego que tanto nos faltaba, porque el problema de base está en la estructura propagandística y organizativa de la programación deportiva: hay que unificar horarios, hay que realizar un previo del partido como Dios manda, un análisis post-partido digno de la segunda mejor liga del mundo.

Se suele decir que Telecinco tuvo una suerte descomunal cuando compró los derechos de la F1 porque enseguida llegó el huracán Alonso y desmontó de un plumazo la estructura del share en las televisión los domingos por la mañana. No sólo se conformó con eso, sino que también aupó a la F1 al segundo lugar entre los deportes nacionales más seguidos por televisión. ¿y cuánta gente practica la F1? ¿y cuánto cuesta hacerse conductor de F1? La mayoría de la audiencia se aferra a una programación atractiva y con gancho. Y en eso Telecinco lo ha hecho de escándalo. La Sexta también tiene su parte del pastel con las competiciones de baloncesto, fútbol y demás de los últimos años. ¿Por qué no aprendéis de ellos? Seguro que no es tan difícil, y tampoco os sale tan caro.

Este fin de semana comienza la ACB en serio. Prometo partir desde cero y dejarme de subjetividades y comparaciones pasadas. Eso sí, mi espíritu crítico sigue inalterable.

No hay comentarios: