El Rincón de Pirrimarzon: Las nuevas caras de la ACB (Parte IV)

jueves, 9 de octubre de 2008

Las nuevas caras de la ACB (Parte IV)

Cuarta y última entrega del capítulo de nuevas caras en la ACB:

David Andersen (Regal Barcelona): es una nueva cara en ACB, pero es el más conocido de los fichajes para este año, y a su vez el más galardonado. Todo un doble campeón de Euroliga. Este pívot australiano con pasaporte danés tiene todos los argumentos para convertirse en una amenaza en la zona culé para los próximos años. Si su físico se lo permite, podrá consagrarse como la referencia anotadora desde el poste que el Barcelona no pudo tener con Mario Kasun. Las cuatro últimas temporadas ha jugado en el CSKA de Moscú, donde ha conquistado cuatro Ligas, dos Copas y dos Euroligas, bagaje suficiente para pensar que se trata de una apuesta a caballo ganador.

Serge Ibaka (Ricoh Manresa): las pequeñas dudas sobre el proceso de adaptación del congoleño a la ACB quedaron disipadas durante el fin de semana de la Supercopa, en la que demostró unas cualidades físicas únicas y excepcionales para la práctica de este deporte y, sobre todo, para el espectáculo. Se trata de un alapívot ágil, potente y muy atlético, con gran plasticidad y un margen de mejora increíble. Prácticamente dominaba los aros en la liga LEB en la que militaba el año pasado, pero esa irrupción tan rápida le valió el ser objeto de deseo de muchas franquicias NBA, y ser seleccionado en un puesto relativamente alto del draft. Como la apuesta NBA es aún temprana, ha decidido pulir su baloncesto en Manresa, donde ha caído de pie. Se espera mucho de este chaval, pero todavía tiene nociones básica de este deporte que debe conocer antes de marcharse a hacer las Américas.

Mustafa Shakur (Tau Vitoria): la única cara nueva para el equipo vitoriano esta temporada es la de este base americano, porque Fernando San Emeterio ya lleva varios años en la liga, y Stanko Barac ya jugó cedido la temporada pasada en Pamesa Valencia. Procede de Arizona donde ha sido uno de los mejores bases de la historia de la universidad, pero no ha tenido suerte en la tarea de encontrar un puesto fijo en la plantilla de los Sacramento Kings y emigró a Europa con rumbo al Prokom Trefl. Tampoco logró ser un jugador destacado en la escuadra polaca, a pesar de haber conseguido la liga local. En su periplo por buscar un puesto acorde a su talento, pasó por las summer leagues de la NBA, llamando la atención de los scouters del Tau Vitoria, donde firmó antes de comenzar la temporada. Excelente asistente y más que decente defensor, tiene hueco como suplente de Pablo Prigioni ante la ausencia de mayor competencia.

Thomas Kelati (Unicaja Málaga): la buena temporada de Kelati el año pasado en las filas del Turow Zgorzelec le valió la oportunidad de ser llamado a filas por el equipo malagueño. No sólo en la liga local, sino también en la ULEB Cup, Thomas llamó la atención por ser un jugador atlético pero con un tiro bastante consistente. Además, su corpulencia y velocidad le permitían ser una amenaza defensiva, siendo un gran maestro en la anticipación de las líneas de pase. Este año no costará verle acabar contraataques en más de una ocasión por partido. La salida de Davor Kus del equipo andaluz obligaba a buscar en el mercado la opción de alguien más rocoso, físico aunque buen jugador de equipo, y en Kelati parece que han acertado de lleno. Si no fuera bastante, en los partidos de pretemporada ha demostrado ser un jugador nada egoísta ni aglutinador del juego, por lo que las posibilidades de disputar muchos más minutos de los previstos aumenta descaradamente, mucho más con la lesión de Berni Rodríguez.

Vladimir Boisa (Vive Menorca): ala-pívot georgiano con pasaporte esloveno de 2.09 m., que cuenta con una amplia experiencia en competiciones europeas, donde ha militado en las filas del Olimpia Ljubliana y de Montespachi Siena entre otros. El año pasado jugó con el Spartak de Vladivostok, y posteriormente fue traspasado al Aris Thesalonica, aunque sus números tampoco mejoraron de unos 5 puntos y 4 rebotes por partido. Pese a su juventud (27 años) lleva tanto tiempo entre los equipos de la élite del baloncesto europeo que todavía cuesta hacerse una idea de si Boisa ha llegado a su plenitud como jugador. No obstante, en Menorca han apostado por él para que sea uno de sus buques insignia para esta temporada.