Hoy hace un año que se nos fue Juan Antonio Cebrián, y no hemos dejado de echarle de menos. La vida fue injusta con él y con todos nosotros. Con él, porque no pudo enseñar todo lo que le habría gustado. Y con nosotros, porque no pudimos aprender todo lo que nos habrá hecho falta para comprender el mundo que nos rodea. Pura simbiosis.
Tú, amigo Cebrián, que sigues vivo en nuestra mente, que compartes mesa y mantel con Alejandro Magno y Leonor de Aquitania, que nos inculcaste la rosa en nuestros corazones, no dejes de ilustrarnos estés donde estés.
Si no hubieses existido, habría que haberte inventado.
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http://pirrimarzon.blogspot.com/2008/10/un-ao-sin-el-genio.html
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