Si nos ponemos a valorar la actuación de la selección española en el último campeonato, y a justificar las razones por las que no ha conseguido el oro que sí pudo lograr en Japón, me surgen muchos condicionantes:
-En primer lugar, sabemos que a los campeonatos internacionales no llega cualquiera, que suelen ser selecciones competitivas y que todos los enfrentamientos hay que trabajárselos para lograr el triunfo. Pero no creo que haya muchas dudas acerca de que el nivel competitivo de algunas de las selecciones que participan en el Mundial no está a la altura del nivel medio del Eurobasket, es decir, que varios de los equipos a los que nos pudimos enfrentar en Japón es infinitamente menor que el de Madrid. Letonia, Croacia, Portugal,... hoy en día están muy por encima de combinados de solteros contra casados que formar Japón, Panamá,... Dicho esto, el esfuerzo físico que acarrea jugar contra las selecciones europeas más modestas es superior al de las selecciones contra las que nos enfrentamos en Japón. Ese esfuerzo físico se pagó caro en la final contra Rusia.
-Las lesiones sufridas por Jorge Garbajosa y Juan Carlos Navarro antes o durante la preparación del Eurobasket mermó en demasía las posibilidades de rotación con las que contaba Pepu Hernández, y además impidió que estos dos jugadores estuvieran al 100% para la disputa de la competición. En Japón, sóo Felipe Reyes sufrió una lesión de importancia, pero que fue suplida con garantías por un Jorge Garbajosa al 100% y, en momentos puntuales, por el versátil Carlos Jiménez.
-La presión añadida por tener las responsabilidad de ganar un campeonato tras haber ganar el anterior hizo mella en la seguridad y la tranquilidad con la que los jugadores españoles jugaron en España. En Japón no teníamos ni mucho menos el cartel de favoritos, pero aquí si.
-Pese a ser campeones del mundo, todavía no tenemos el peso suficiente sobre los árbitros para que nos piten de una manera seria y objetiva. Si el partido contra Grecia se pita en condiciones normales, habríamos vencido de 15-20 puntos, con lo que supone de ahorro en esfuerzo físico y psicológico en los jugadores españoles.
-El factor suerte fue también decisivo. Si el triple de Nocioni llega a entrar, estaríamos hablando de un bronce a lo sumo. Sin embargo, en Madrid la canasta de Holden más el fallo de Gasol nos impidió colgarnos el oro. De todas formas, esa es la competición y no hay nada que reprochar a ete efecto, porque supone sin duda la evaluación de las capacidades de los rivales que se enfrentan. Uno acierto y otr falla, así es el juego.
Como la valoración de esta nueva medalla hay que hacerla a largo plazo, por ahora, aunque fastidiado por la derrota, me siento orgulloso de un combinado como el que tenemos actualmente. Mi agradecimiento a todos ellos.
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