Se me vienen a la cabeza varias ideas al respecto de la final de los Juegos Olímpicos y de la consecución de la medalla de plata por parte del combinado español:
Reflexiones arbitrales:
- La eterna cuestión de las ayudas arbitrales está siempre presente. Los pasos de salida, la utilización de las manos en la defensa y las maniobras que rozan lo agresivo tienen que ser estudiadas por la FIBA para que no vuelvan a sucederse. Resulta cuanto menos discutible que árbitros de la categoría de Brazauskas, Pitsilkas o Lamonica, por citar a algunos, tengan cierto acojone para equiparar el reglamento del juego en un partido cuando uno de los contendientes es EEUU. Dentro de la mayor objetividad que puedo, no dejo de incitar a los medios de comunicación, secretarios técnicos de árbitros, y demás entidades del país norteamericano, a que realicen un nuevo visionado del partido, y que, reglamento en mano, sean capaces de darse cuenta por ellos mismo que no se cumple todo lo estipulado según FIBA. Por otra parte, como eso no se produce, es la misma FIBA la que tiene que poner los puntos sobre las íes en árbitros internacionales cuando se trata de competiciones internacionales bajo estas reglas. Señores, las mismas reglas para todos.
- Señores árbitros, la ley de la compensación no existe en baloncesto. Si pitan una infracción dudosa a favor de un equipo, no puede inmediatamente pitar en sentido contrario para equilibrar la balanza. Se pita lo que se ve, no se pita lo que no se ve, y no se pita lo se cree que ha podido ser para compensar. Los aficionados a este deporte estamos hartos de ver en partidos de alto nivel cómo los árbitros se ven abordados por la incesante presión del público y, para pitar a diestro y siniestro, como con la necesidad de sentirse protagonista y dueño de la escena. ¿Todavía no tienen claro que los protagonistas son los jugadores?
Reflexiones referentes próximos campeonatos:
- Ambos combinados no han podido disfrutar de las mismas oportunidades. Las lesiones de Calderón, la baja forma de Raúl López y el irremediable paso atrás en la importancia en el equipo del otrora mejor ala-pívot europeo Jorge Garbajosa no dejan de ser lastres para la buena salud colectiva de un combinado que necesita de una rotación constante de jugadores para mantener el nivel defensivo, porque es la base de su éxito. No estoy diciendo con eso que la elección de los jugadores no fue acertada, sino que partiendo de la base de que se seleccionan a los 12 jugadores para que sean todos competitivos, en el momento en que alguno de ellos lo deja de ser, el equipo cojea y no muestra la compacidad de antes. Ya sé que todos no van a jugar el mismo número de minutos, pero si echamos cuentas, ninguno de los seleccionados por Aíto debería pasar de los 30 minutos por partido para poderse mantener fresco durante el encuentro y no prolongar su cansancio al resto del campeonato.
- La baja de Calderón, importantísima. Un jugador de la selección que está acostumbrado a jugar siempre a un muy alto nivel, que tiene una capacidad de concentración tremenda y que constituye junto a Pau Gasol el principal arma ofensiva de la selección, es un pieza tan importante que resulta fundamental su concurso. Tampoco estoy diciendo que con Calderón esta final se hubiese ganado, pero por lo menos habrían tenido más posibilidades para ello. Defiende mejor que Raúl López, ataca mejor que Ricky Rubio, conoce el tempo necesario para ajustar defensas, mover lo justo el balón,... en definitiva, que fue una baja fundamental.
- Considerando las bajas para los próximos campeonatos organizados a nivel internacional -el retiro declarado de Carlos Jiménez y los presumibles de Pau Gasol y Jorge Garbajosa- se necesitan urgentemente recambios fiables para ensamblar cuanto antes los bocetos del próximo equipo nacional. A las más que posibles convocatorias de Víctor Claver y Juanjo Triguero, se le podrían sumar Jordi Trías, Eduardo Hernández-Sonseca, Carlos Suárez, Fernando San Emeterio y alguna otra sorpresa, que dependerá de la evolución de la próxima liga ACB. De entre los que son todavía demasiado jóvenes para competir en la ACB, se me ocurren algunos nombres que podrían irse integrando en alguna convocatoria de la selección para poder hacer equipo, como Alberto Jodar, un chaval que atesora unas cualidades físicas y técnicas envidiables para su edad y altura, y que tiene por consiguiente un porvenir asombroso. No hay que perderle la pista.
- Estados Unidos tiene un equipo con una media de edad que ronda los 25 años, siendo el núcleo básico de la selección formado por jugadores que rondan los 22 o 23. Es decir, que tenemos Estados Unidos para rato. Visto lo visto, los que más posibilidades tienen de dejar su puesto en los siguientes Redeem Team -si siguen queriendo llamarlo así- serán Jason Kidd y Carlos Boozer. Se me ocurren muchos recambios de garantías para estos puestos: Michael Beasley, Derrick Rose, OJ Mayo... para Kidd, y Greg Oden, BJ Mullens, Spencer Hawes,... para Boozer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario