La Federación Española de Baloncesto ha confirmado que Aíto García Reneses abandona el cargo de seleccionador de forma inminente para fichar por Unicaja Málaga. Es una noticia que todos los lectores de MARCA.com conocen desde el 7 de junio. Una noticia que José Luis Sáez, presidente de la FEB, se encargó de desmentir. Y claro, para desmentir una verdad, tuvo que mentir. Engañó a todos los aficionados: “Es mentira que haya un acuerdo. Y quien hace esas afirmaciones debería saberlo”, dijo.
Semanas antes, él mismo había amenazado en público al entonces seleccionador nacional, José Vicente Hernández, con despedirle si no garantizaba que no iba a entrenar a ningún club después de los Juegos. Era una excusa, como la que utilizó más tarde (no haber asistido a una reunión), para justificar una decisión personal. El fichaje de Aíto, ya comprometido para las próximas temporadas con Unicaja Málaga, retrataba al presidente. Sus palabras también:
“Pepu lo tiene hecho con un club”: Desde que José Vicente Hernández, el 2 de mayo de 2008, hiciese público que se marchaba tras los Juegos, varios periodistas recibieron la llamada de Chus Bueno, ejecutivo máximo de la FEB, afirmando que el técnico madrileño había arreglado su pase a otro club. El Unicaja era el candidato. Que el equipo malagueño ya tuviera contactos avanzados con Aíto (recordemos, 2 de mayo) no era óbice para el bulo. Hasta tal punto llegó la situación que esa misma noche, en el restaurante Txistu, coincidieron cenando Juanma Rodríguez, co-director deportivo del Unicaja, y miembros de la FEB. Al despedirse (Rodríguez y Sáez mantienen una muy cordial relación), el presidente federativo le dijo a Juanma: “Adiós y enhorabuena”, y le sonrió. Una fina ironía que hacía ver la felicitación socarrona del ‘presi’ por el fichaje de Pepu. Rodríguez, tipo serio, le respondió que sabía que eso era mentira y que no siguiera por ahí. Cuando en los días posteriores la FEB continuó con los mismos argumentos, Rodríguez pidió explicaciones: Chus Bueno se disculpó y el argumento de que Pepu se iba a un club cayó en el olvido. A día de hoy, José Vicente Hernández es un ilustre desempleado y Aíto se sentará en el banquillo de Unicaja.
“Exijo al entrenador exclusividad”: Fue el argumento que subió del dos al uno en el ranking FEB como la espuma. Pepu no sólo no trabajaba en exclusividad para la FEB (ofrecía frecuentes charlas a empresas), sino que lo hacía para Caixa Geral, un patrocinador contrario a Caja Madrid, sponsor federativo. Mientras estaba bajo contrato con la FEB y siempre antes de la concentración; mientras estaba con el equipo no hay constancia de que así fuera. Aíto vio vídeos y habló con jugadores futuribles para el Unicaja (otra caja de ahorros). El propio Robert Archibald lo reconoció en MARCA.com.
“Es poco serio tener dos ayudantes”: En el furor crítico de Sáez en la rueda de prensa tras el despido de Hernández, llegó a afirmar que una muestra de la poca seriedad de Pepu era que, al irse Joan Creus, hubiera decidido quedarse con sólo dos ayudantes. Llegó Aíto, y pidió dos asistentes. Uno era Quim Costa y el otro Juan Orenga, brillante subcampeón de Europa sub-20 el año anterior. A Jota Cuspinera y Rafa Vecina, ambos ‘hombres de Pepu’, se les despide, con el argumento de que García Reneses trae sus propios ayudantes. Cuando se hace público que Orenga es uno de los asistentes, a los dos despedidos les hace bastante gracia el argumento original. Y a los aficionados también.
La FEB no tiene dinero para competir con un club: Ése es un argumento que hace tiempo que no se oye desde las filas federativas, y es que la excelente labor comercial de la FEB, ejemplo de gestión que debería ser modelo para otras instituciones, ha acabado con esas diferencias. La Federación es hoy una potencia económica, y eso hay que apuntárselo en el debe a José Luis Sáez y su equipo. En el momento en que echa a Pepu, Sáez necesita al mejor entrenador posible para acallar el clamor popular contra él: ése es Aíto. Haciendo una gran gestión en pocos días, logra traerlo. El precio, eso sí, es caro: Reneses ha cobrado 450.000 euros netos por poco más de dos meses de trabajo, por los 300.000 brutos que ganaba Pepu por todo un año. Un esfuerzo que merecía, sin duda, la situación de emergencia creada y la indiscutible calidad del mejor entrenador del momento. Un técnico que se convierte, sumando FEB y Unicaja, en uno de los entrenadores mejor pagados de Europa: 450.000 netos de la FEB y 1,2 millones brutos del equipo malagueño.
En definitiva: Sáez acordó con Aíto y el Unicaja que el seleccionador no tuviera exclusividad y que se marchara tras los Juegos. Se le dio la forma de la cláusula que Reneses siempre coloca en sus contratos (se puede cortar el acuerdo tras cada campeonato) y se firmó un acuerdo por tres temporadas que podría calificarse como ficticio. Aíto nunca mintió: si acaso dijo medias verdades. Que no tenía un acuerdo con nadie (y no hay nada firmado, cierto) y que habló con Robert Archibald igual que habla con otros ex jugadores suyos.
Quien sí faltó a la verdad fue Sáez. Y no le hacía falta: si desde el primer momento hubiera justificado el despido de Pepu como una decisión personal se le hubiera podido criticar su gestión personalista, ésa que, y los hechos lo demuestran, ha dado muchísimos éxitos a la FEB. Sin embargo, habría evitado entrar en una dinámica de excusas y falsedades que el tiempo ha terminado por confirmar.
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