El experimento Ehadadi

¿No os suena este nombre? Es la nueva sensación del baloncesto internacional, y el principal objeto de deseo de la NBA. Hamed Ehadadi es un pívot iraní de 23 años y 7ft2" (unos 2'18 m.) que puede acabar siendo reclutado esta próxima temporada por la mejor liga del mundo. Hasta hace bien poco se trataba de un jugador semidesconocido, pero unos prometedores partidos en las ligas de verano junto con su selección en tierras americanas, y un más que interesante campeonato de Juegos Olímpicos, puede abrirle las puertas de muchas franquicias.

Los más interesados ahora mismo parecen los Memphis Grizzlies, que sólo cuentan con Marc Gasol y Darko Milicic para la posición de pívot -y en el serbio la confianza está disminuyendo progresivamente- a expensas del visto bueno del comisionado David Stern. Como en los últimos días el rumor había sido incesante, Stern frenó en seco las negociaciones con el iraní y prohibió la contratación hasta el final de los Juegos Olímpicos, por tratarse de un jugador perteneciente a un país que no atraviesa unas decentes relaciones con EE.UU. A partir de la eliminación de Irán de los Juegos, se ha abierto la veda y las franquicias tienen el visto bueno para poder negociar con su agente.

Por lo que he podido seguir en los Juegos -yo tampoco lo conocía antes del verano- se trata de un 5 muy grande, pero no carente de buenos movimientos y de la agilidad necesaria para enfrentarse a tipos más rocosos y fuertes que él. Además ha desarrollado una mano muy práctica a corta y media distancia, ahora que se había puesto tan de moda tirar desde lejos. Si tuviera que compararlo con algún jugador conocido, sería una especia de Zydrunas Ilgauskas de los Cleveland Cavaliers, con mucha menos experiencia pero con muchos años menos. No obstante, al tratarse de un tipo que sólo ha desarrollado su juego en su Irán natal, codeándose con jugadores muy inferiores a los que se podría enfrentar en la NBA, es posible que el período de adaptación a la liga americana sea mucho más largo que en cualquier caso similar.

Existen divergencias idiomáticas, culturales y religiosas que pueden impedir una correcta adaptación del iraní a la NBA, pero algunos casos precedentes de otros pioneros en la materia -Wang Zhizhi, por ejemplo, fue el primer chino que debutaba en la NBA- pueden romper barreras. A expensas de la confirmación de su fichaje, aquí podremos disfrutar de algunos de los mejores momentos de Hamed Ehadadi:

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