Por circunstancias personales, me mantendré desconectado del blog durante un tiempo. Espero volver lo antes posible.

Gracias por vuestra comprensión y un saludo a todos.

viernes, 9 de noviembre de 2007

El ocaso de una leyenda

Los años pasan para una de las grandes estrellas de la historia del baloncesto. Las lesiones, el sobrepeso y la edad están mermando físicamente al jugador más desequilibrante de los últimos años. Shaquille O'Neal no pasa por su mejor momento, y es más que probable que la cuesta abajo desencadene en una retirada a final de la próxima temporada, un año antes de acabar contrato con los Miami Heat.

Carismático y dominador como pocos, ridículo a veces, portentoso la mayoría, así es Shaq. Son tantas las curiosidades que rodean a este tremendo jugador que resulta insuficiente un artículo en un blog para contarlas... necesitaríamos un blog entero. Sus excentricidades en la cancha, su faceta de actor o cantante, su vocación de policía, sus más y sus menos con la otra estrella angelina, Kobe Bryant,... son tantas...

Sus detractores siempre le acusaban de tener las muñecas de madera, de tener una mecánica de tiro realmente horripilante (de hecho ha cambiado varias veces la mecánica para intentar mejorar, pero no lo ha conseguido), de ser demasiado acaparador del juego... pura envidia. Cuando tienes en tu plantilla a un jugador de las cualidades de Shaq, con su velocidad, su potencia y su visión del juego, y que incluso fue nombrado miembro del Hall of Fame antes de cumplir la treintena (que yo recuerde, el primer jugador que lo consigue)... ¿cómo no vas a contar con él como piedra angular? La concepción del baloncesto cambió con la irrupción de Wilt Chamberlain en la liga. Si Chamberlain no hubiese existido, las reglas habrían cambiado con la irrupción de Shaquille.

Sus números son impresionantes, su trayectoria envidiable, sus premios individuales y colectivos incalculables... pero los años también pasan para él. Ya no es el mismo de temporadas anteriores y se nota. Sus porcentajes han bajado alarmantemente. Sus promedios en todas las estadísticas del juego también. La responsabilidad de la buena marcha del equipo pasa más por el estado de salud del hombro de Dwyane Wade que de sus crónicos problemas de rodillas. El hombre de acero se está mutando a otro material más frágil.

Por supuesto que no es fácil acaparar toda la responsabilidad anotadora tanto tiempo, y que los mejores también han visto disminuir su aura los últimos años de su carrera. Como es ley de vida, conviene quedarse con los momentos en la trayectoria baloncestística de Shaquille en los que era el número 1. Para otros muchos, aún lo sigue siendo.

Propongo un juego: contar el número de jugadores que salen despedidos cuando chocan con Shaq en este vídeo


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