Esta noche se juega en San Antonio la gran final de la NCAA I Division de basket, que enfrentan a Memphis Tigers y Kansas Jayhawks, dos de las universidades más potentes del baloncesto a ese nivel en la actualidad, aunque quizá no partían con el roll de favoritos frente a los otros dos rivales de Final Four, UCLA Bruins y North Carolina Tar Heels, sin duda, dos de las más galardonadas de la historia del basket universitario.
Tras el éxodo masivo de jugadores de la Universidad de Florida, actual campeón, el cetro de la NCAA quedaba a expensas de la adaptación de los freshmen tan prometedores que llegaban este año a la liga universitaria. Michael Beasley, OJ Mayo, Derrick Rose y Kevin Love estaban señalados para ser sucesores de Kevin Durant como jugador del año. De todos ellos, Beasley es el que más ha llamado la atención de los scouters de la NBA, y cuenta para ser el número 1 del próximo draft. Sin embargo, de los previamente comentados, sólo Rose y Love han conseguido alcanzar su propósito de llegar a la Final Four.
Ninguno de los equipos clasificados para la final parece una perita en dulce, y tienen cada uno un amplio abanico de jugadores determinantes, en especial los que han llegado a la gran final de esta noche:
Derrick Rose es el santo y seña de los Tigers, la prolongación del entrenador en el campo, y el jugador más capacitado defensivamente de toda la NCAA para mi gusto. Se le compara continuamente con Gary Payton, y dichas comparaciones no parecen haber hecho mella en el rendimiento de Rose en el March Madness. Además, está acompañado en las alas por Antonio Anderson y Chris Douglas-Roberts, y en posiciones interiores por Joey Dorsey y Robert Dozier, que hace de Memphis el conjunto físicamente más potente de esta Final Four.
Douglas-Roberts fue el máximo anotador del partido de semifinales contra UCLA, con 28 puntos, que demuestran que en el conjunto de los Tigers no existe una Rose-dependencia en cuanto a tenacidad ofensiva, y que cada uno de los miembros de la plantilla puede sumar en cualquier momento.
La pareja Dorsey-Dozier es sencillamente temible a nivel universitario. Ambos se complementan en sus facultades en el campo, y obligan al contrario a un continuo esfuerzo defensivo. Dorsey es más pesado y fuerte, un buen defensor y taponador; Dozier es más atlético y ágil, recorre muy bien la cancha, y no tiene mala mano.
Brandon Rush es el killer del equipo, bien secundado por Darrell Arthur y Mario Chalmers. Rush es un escolta junior, hermano del ex-jugador de Lakers y de Lietuvos Rytas Kareem Rush, y que tiene unas cualidades atléticas superiores a las de su hermano, conservando un instinto anotador y un lanzamiento aceptablemente bueno.
Darrell Arthur es un ala-pívot explosivo, con un gran potencial y con un extraordinario futuro NBA. Algunos especialistas comparan su juego con el de Antonio McDyess, pero ahora mismo es pronto para saber si podrá llegar a su nivel algún día. De todos modos, se trata de un jugador a seguir muy de cerca. Los scouters tendrán muchísimos informes de él a buen seguro.
El otro jugador destacado de la noche será Mario Chalmers, un base eléctrico y con una concentración defensiva extraordinaria. No es un portento físico como Rose, pero sabe leer muy bien el juego para anticiparse a las líneas de pase y provocar rápidos contraataques. En ataque es algo más torpe, con lo que tiene tendencia a perder el balón demasiadas veces. Este hecho le suele quitar minutos en favor de Russell Robinson, el otro base del equipo.
Aunque Kansas tiene un prestigio superior a Memphis en este tipo de acontecimientos, mi favorito para esta noche son los Tigers, que para mi gusto tienen un mejor equilibrio en todas sus líneas que el conjunto de Kansas. Claro, que como me llevo tan bien con Murphy, al final terminarán llevándose el partido los Jayhawks. Ya sabéis, esta noche a las 7:00 hora del Este de Estados Unidos, es decir, a la 1:00 AM hora de España.
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