Toronto afronta hoy el que puede ser su último encuentro de la temporada, si no logra enderezar la seria que le enfrenta a Orlando Magic. El equipo de José Manuel Calderón tiene que ponerse las pilas para no caer ante la inevitable intimidación de Dwight Howard y el poderío exterior de Rashard Lewis y Hedo Turkoglu, reciente galardonado con el premio al Jugador Más Valorado de la competición.
Tras las dudas surgidas con la vuelta a la titularidad de TJ Ford, el rendimiento colectivo de todos los jugadores de la plantilla parece haber mermado a marchas forzadas, acabando la temporada regular con un balance victorias-derrotas muy inferior al presupuesto a mitad de la misma. El clima dentro de la franquicia parece haberse enrarecido, y con él, han surgido los primeros rumores de traspasos y destituciones.
La credibilidad de Sam Mitchell vuelve a estar en tela de juicio. Después de un año en el que fue proclamado entrenador del año, las críticas sobre su poca imposición sobre la plantilla y sobre la fragilidad del juego interior, acaban de minar un status de neo-entrenador estrella que realmente nunca fue. La NBA está plagada de estos casos. Pat Riley ha sido uno de los mejores de los últimos años, y sin embargo ha tenido la peor temporada de toda su historia. A lo mejor la presencia de los Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar o Pat Ewing ha sido más relevante en sus equipos que lo que fue su propia contribución al equipo. Tampoco estoy diciendo que su palmarés no sea completamente merecido, sino que ha sabido estar en su momento con la franquicia adecuada.
Suerte para Calde y los suyos en este match-point
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