Los Boston Celtics hicieron una apuesta importante a comienzo de temporada en favor de la veteranía y solvencia de unos jugadores cuyo último tren para ganar un anillo pasaba frente a sus caras. Las incorporaciones de Ray Allen y, sobre todo, de Kevin Garnett, a la que se sumaba la presencia de Paul Pierce, otorga a la franquicia de Massachusetts un status muy superior al del años anteriores. No cabe duda que la implicación, la compenetración y el buen ambiente de este núcleo de jugadores podía provocar situaciones contradictorias en el seno de una plantilla carente de un espíritu competitivo, motivado por las desastrosas campañas de épocas pasadas.
El primer paso estaba dado, y las primeras rachas de victorias en temporada regular auguraban un esplendoroso futuro inmediato, que podía, sin caer en la utopía, concluir en la victoria final. De todas las incorporaciones realizadas hasta la fecha, la que supuso el mayor salto de calidad era indudablemente la del futuro Hall of Fame Kevin Garnett. A estas alturas resulta incluso atrevido decir que la apuesta por Garnett fue arriesgada: un tío que ha demostrado tanto durante tanto tiempo, con una regularidad pasmosa, y con un grado de implicación sensacional, no puede ser nunca una apuesta arriesgada. Visto lo visto, el premio de Mejor Jugador Defensivo de la temporada puede ser algo exagerado, pero lo cierto es que Garnett aparecía en la mayoría de la quinielas de expertos NBA.
Otra cosa fue el traspaso por Ray Allen. Ni Delonte West, ni Wally Szczerbiak, ni tampoco el rookie Jeff Green parecían ser obstáculo para que Allen recalara en Boston. El hijo del mítico Walter ya venía de hacer sus mejores años en la liga, West no deja de ser un decente combo guard, correcto en muchas cosas, pero excelente en nada, y Green era aún muy joven para arriesgarse a perder una pieza tan codiciada del mercado como el ex-Huskie.
Si bien los primeros pasos de Allen en los Celtics rayaron a gran altura, estos playoffs están demostrando que no están al nivel competitivo de años anteriores, hasta el punto de ser un jugador casi a recuperar. La serie contra los Hawks no pasó de ser decente como mucho; contra los Cavs, una defensa no muy exigente de Delonte West fue suficiente para ahogarle y sus porcentajes de tiro y sus aportaciones en otras facetas del juego fueron paupérrimas. Puede que no se encuentre en su mejor estado físico, pero emocionalmente pocas veces va a encarar una situación como la que atraviesa actualmente. Allen estaba destinado a ser otro gran jugador NBA sin anillo, como tantos otros.
Lo cierto es que Ray Allen no está rindiendo como los otros dos miembros del denominado a comienzos de temporada Big Three. La gran amenaza que supone Garnett en el interior de la zona tendría que provocar enormes huecos en la defensa de perímetro de cualquier equipo rival, que tendrían que ser aprovechados por Ray para ametrallar el aro contrario, y no está siendo así. Un 17% en porcentajes de 3 puntos contra los Cavs, un 21% contra los Pistons... no parecen ser meritorios para el gran contrato del escolta en los Celtics, y ni mucho menos, son meritorios de ganarse el apelativo de tercer miembro del Big Three.
A sus 32 (para 33) años, las temporadas de más de 82 partidos no le son fructíferas. Pese a tener la condescendencia de casi todo el aparato mediático NBA, que le cataloga como chico bueno (en comparación con lo que pulula por allí, es una hermanita de la caridad), no es la superestrella de antaño, y no está al nivel que nos tenía acostumbrados. Como he sido un gran seguidor de Allen durante toda su carrera, espero que en la manera de lo posible, sepa y pueda cambiar su devenir en estos playoffs para alcanzar la gran final de la NBA. Si el enfrentamiento en la final es contra Los Angeles Lakers, si eso cambio de opinión...
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http://pirrimarzon.blogspot.com/2008/05/ray-allen-no-es-un-big-three.html
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3 comentarios:
es un gran tirador y creo que en cualquier momento del playoff puede ganar el sólo un partido. A por la final Celtics-LAkers!
un abrazo y encantado
Hola leo mares!
Agradezco tus comentarios, pero no estoy de acuerdo en absoluto con tu postura. Me explico: Ray Allen siempre ha jugado en equipos de segunda fila (Milwaukee y Seattle), en los que era la estrella, y se sentía en la obligación de anotar desesperadamente. Ahora ha llegado a un equipo en el que tiene una función específica, y no es la gran superestrella que es Garnett (futuro Hall of Fame seguro). Además, su edad se empieza a notar, y aunque por nombre todavía intimida, no es capaz de realizar proezas superiores a las de un Michael Redd, por ejemplo.
Que se entienda que no era una crítica, sino una constatación objetiva de la realidad.
Saludos!
te CALLO ray allen pirrimarzon
pidele perdon y vete porq iso pedazos a lakers
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