¿No hay hueco para mí? Ilustres veteranos en paro

En la NBA por estas fechas siempre se escuchan conversaciones en los pasillos recitando la misma cantinela: ¿No hay hueco para mí?. La llegada de jugadores nuevos vía draft, agencia libre o desde Europa obliga a los directores generales a dejar de contar con ilustres participantes de años anteriores, algunos de los cuales tienen incluso un cartel demasiado exigente como para firmarles contratos a la baja. Este año a grandes candidatos a llevarse el deshonroso título, alguno de los cuales incluso hace méritos para no retornar a la liga nunca más. Destacamos:

Stephon Marbury (32 años): Obviamente se trata del principal actor de la película, el showman de Twitter que rueda la película de su propia locura. El otrora gran base ex-Knick y ex-Net entre otros desperdicia sus oportunidades de volver a la liga a base de patéticas apariciones en la web, con sensación de enajenación mental transitoria incluida. El ejemplo de una decadencia llevada a mal puerto, con un destino previsible.

Jerry Stackhouse (34 años): No es lógico que un jugador que ha sido durante un año máximo anotador de la liga, esté sufriendo más de lo debido para encontrar acomodo en cualquiera de las franquicias candidatas al título. Está claro que no van a ofrecerle el contrato del siglo, pero a buen seguro podría aportar esa dosis de veteranía y anotación puntual para casos de necesidad, tan necesarios en momentos puntuales de la temporada. Stacks tiene el marcador de combustible en reserva, pero quiere aprovechar el último tirón para conseguir el añorado título.

Jamaal Tinsley (31 años): No es ni tan mayor como Stacks ni tan excéntrico como Marbury, pero un condicionamiento físico lamentable y sus continuas lesiones le obligaron a salir de Indiana rumbo hacia lo desconocido. El compañero de promoción de Pau Gasol que asombró por su visión de juego y manejo tiene que mejorar su reputación de lo previamente comentado para tratar de abrirse hueco de nuevo en una franquicia con carencias en el backcourt.

Bobby Jackson (36 años): Sacramento ha sido su último equipo en la NBA, y ha visitado casi tantas franquicias que su libro anecdotario valdría millones, pero el tiempo pasa y a sus 36 primaveras es muy difícil que vuelva a encontrar hueco entre los 15 elegidos de alguna franquicia. Los grandes contenders tienen completas sus plantillas, y la guerra perdida de enseñar a los clubes en crecimiento cada vez reporta menos placer. Eso sí, Mr. Magoo 2 podría seguir siendo un ejemplo de comportamiento dentro y fuera de la cancha.

Raef LaFrentz (33 años): Tener esta edad no ha sido un impedimento para otros jugadores altos de la liga, como Ben Wallace o Rasheed Wallace, pero la fama de blando, las continuas lesiones y su fama de jugador-contrato han tirado por la borda la buena carrera comenzada en Denver. Si alguien quiere asumir el riesgo de contratar por el mínimo a Raef, no lo verá con malos ojos...

Donyell Marshall (36 años): Todavía conserva el record de triples anotados en un partido (12) empatado con Kobe Bryant, y representa la polivalencia del forward para compaginar ambas posiciones, pero a día de hoy han sido muy pocas o ninguna las franquicias que han preguntado por sus servicios para comenzar la temporada 2009-10. Con una carrera más que digna, ya no se siente con las piernas ágiles para perseguir aleros highflyers ni con la robustez para defender a potentes hombres altos. Claro, el recuerdo de Robert Horry sigue ahí...

Stromile Swift (30 años): Si hay algún equipo que necesite reforzar el juego interior con alguien de intimidación, su hombre puede ser Stro Swift. Este atleta (más que baloncestista) no ha respondido en absoluto a su condición de número 2 del draft (año 2000), pero a buen seguro estaría dispuesto a firmar su contrato a la baja para seguir realizando vídeos de highlights de tapones y mates estratosféricos. A fin de cuentas, otros colegas de profesión viven de ello orgullosamente (véase Chris Andersen).

Seguro que hay bastantes más, os dejo que ampliéis la lista.

Anexo de jugadores:

Antoine Walker (33 años): Cierto. El Soldado Universal pertenece a este grupo de jugadores que podría estar interesado en el retorno a la liga aunque fuese por la puerta de atrás. Lejos quedan los tiempos gloriosos en Boston, o el anillo en Miami, porque tras ellos han llegado momentos de zozobra y dejadez indignos de un verdadero profesional. Si a todo esto le añadimos sus continuos coqueteos con la gula, resulta que el exceso de peso 'Toine es más propio de un luchador de sumo que un jugador de baloncesto. Tiene que estar fino fino para que un equipo vuelva a mostrar interés en él.

Wally Szczerbiak (32 años): No hace tanto tiempo que Wally World martilleaba los aros rivales desde el perímetro con regularidad pasmosa. Su muñeca, pura herencia de la de su padre, demostraba que no hace falta meterla para abajo para anotar con asiduidad. Incluso con los T-Wolves llegó a promediar 20 puntos una temporada, e incluso tuvo su espacio en el All Star. Pero con 32 años la llama de la ambición deportiva se apaga y se piensa más en otros placeres mundanos de la gente acomodada. ¿Quién se echa una partida de golf conmigo?

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