Por circunstancias personales, me mantendré desconectado del blog durante un tiempo. Espero volver lo antes posible.

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miércoles, 18 de junio de 2008

El final de un sueño


No pudo ser. Los seguidores de Los Angeles Lakers en España no han podido participar del sueño que les involucraba en la historia mágica de la franquicia más glamurosa de la NBA y se han quedado con las ganas de ver a Pau Gasol alzándose con el anillo de campeón. Puede ser una decepción a medias, porque hasta hace pocos meses, la legión de seguidores que ha seguido la trayectoria del de Sant Boi hasta nuestros días, no podía ni mucho menos pensar que a día de hoy, Pau estaría destrozado por perder la final de la NBA. El 90 y muchos por ciento apostaba por, una vez más, vacaciones anticipadas, y algunos pases promocionales de las marcas de relojes, coches,... que patrocinan al pívot de los Lakers.

El partido que echó el telón a la temporada 2007-08 no tuvo mucha historia. Un primer comienzo dubitativo pero anotador de ambos equipos, para decantarse la balanza ya a mediados del segundo cuarto a favor de Boston Celtics. Los de verde han llegado más frescos al final de los playoffs, con las ideas más claras, y con mejor acierto en todas las posiciones. Si bien el post de hace unos días vislumbraba un estado de forma malo de Ray Allen, en esta eliminatoria Allen ha sido uno de los brazos ejecutores de las esperanzas angelinas en reeditar los tiempos gloriosos de Magic y los suyos. Me equivoqué, Ray Allen vuelve a ser un Big Three.

La defensa de los Celtics siempre fue un muro insalvable para los angelinos. Además, la precipitación motivada por la necesidad de remontar no sólo este marcador, sino también la eliminatoria, hacía estragos en la coordinación como equipos a ambos lados de la pista. Una imprecisión insólita en estos playoffs, un aplatanamiento defensivo que hacía perder balones absurdos al iniciar contraataques o al recuperar rebotes. Y sobre todo, una sensación de que cada uno quería hacer la guerra por su cuenta, reclamando el papel de héroe en cada jugada, y con una nula sincronización. Cuando los planetas se alinean con Murphy...


El premio al MVP de las Finales se lo ha llevado Paul Pierce, que ha realizado un final de campeonato sencillamente extraordinario. Quizá no era el jugador que a priori estaba llamado a ser la referencia en estos Celtics, porque el fichaje de Garnett a comienzos de temporada ensombrecía todo lo demás. Como futuro Hall of Fame, y con los años perdidos en una franquicia a la deriva, el traspaso más sonado del verano pasado estaba llamado a acometer el giro de 180º que necesitaba Boston para retomar las riendas de una liga que había perdido hace muchos años. Lo cierto es que Garnett ha estado en sus números, ha respondido a las expectativas, y sobre todo, ha contado con la inestimable aportación de un Paul Pierce en estado de gracia, decisivo en los primeros partidos de la final. Justo premio para un jugador que ha "padecido" los interminables años de penitencia en unos Boston Celtics cuya travesía en el infierno no se parecía en absoluto al grandioso palmarés de la franquicia de Massachussetts.

Es de rigor reconocer los méritos de todos los miembros de la plantilla de los Celtics, porque durante la temporada, y sobre todo en los playoffs, se han agolpado los obstáculos en el camino que no siempre han sido resueltos por el Big Three.

Rajon Rondo ha mostrado que puede ser un base de garantías, con un futuro prometedor, pero con un presente ya muy consolidado. Lejos quedan las comparaciones y las críticas recibidas tras su elección antes del español Sergio Rodríguez en el draft de hace 2 años. Kendrick Perkins ha sido otro baluarte en el poste bajo verde. Es cierto que no es un portento de facultades técnicas, pero sus valor radica en su difícil labor oscura de desgaste y de intensidad defensiva. Además de ellos, James Posey ha sido la rotación perfecta para Paul Pierce, y Leon Powe se ha consolidado como uno de los jugadores interiores más intensos y activos de toda la liga, pese a que tampoco sea un primor de virtudes técnicas. Las llegadas de PJ Brown y Sam Cassell han supuesto también el plus de experiencia que necesitaba este equipo. En fin, que cada uno ha aportado su granito de arena para la consecución de este título.

Enhorabuena para los Boston Celtics, y esperemos que el año que viene estemos celebrando un título con algún español en sus filas.

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