Uno se despierta tranquilamente un día y de repente se entera de que Shaq ha sido traspasado a los Suns de Phoenix. El que posiblemente haya sido el jugador más carismático de la liga en los últimos 20 años que no se apellide Jordan acaba de cambiar de aires. Según confirman medios deportivos estadounidenses, los Suns cambian los cromos de Shawn Marion y Marcus Banks por el todavía importante del Gran Aristóteles. Uno no gana para sustos...
¿Y todo esto a qué viene? ¿Qué tipo de maniobra es ésta? En principio, hay que ponerse en antecedentes: O'Neal ya lo ha ganado todo con los Heat, y la temporada de la franquicia de Florida no es para tirar cohetes. Además, tras el traspaso de Gasol a Lakers, los de Arizona han visto surgir una nueva fuerza dominante para la consecución del título al que tanto aspiran. Ya no es culpa de Marion, exclusivamente, ni mucho menos de Banks. Phoenix piensa que O'Neal puede aportar algo todavía, aunque sólo sean sus últimos coletazos como jugador profesional. Y sin duda, puestos a marcar diferencias, Twister O'Neal sabe un rato de estas cosas.
Como se especulaba con la retirada de Shaq para la temporada que viene, los Suns se curan en salud. Es decir, si sigue manteniendo la palabra, O'Neal puede estar viviendo su último año como profesional. Si es una renuncia, Phoenix no pagaría el último año de contrato del pívot y no le contaría para el límite salarial. Consecuencia: se ahorran 20 millones de dólares. Dado que el contrato de Marion no era tan sustancioso, pero sí más largo que el de Shaq, y debido al descontento de Shawn por su papel en la maquinaria ofensiva de Phoenix, eso que salen ganando.
Por su parte, los Heat pierden al referente en el juego interior de más garantías que poseen. Mourning está al filo de la retirada, Earl Barron no cuenta con minutos, Mark Blount no aporta lo que se esperaba de él y Joel Anthony... sinceramente no sé como juega, y me temo que los Heat tampoco. Con este situación, Miami necesita refuerzos. Está claro que Marion aportará dinamismo, velocidad y defensa desde el puesto de alero, pero no está tan claro que eso sea lo que necesitan. Sin O'Neal, la zona de Miami es cuestionable como poco. Haslem es impetuoso, pero sus limitaciones físicas no permiten que sea el nuevo referente, teniendo en cuenta que es un 2,03 a lo sumo. Además, se cortan las esperanzas puestas en un jugador como Dorell Wright, en el que tenían tanta confianza los técnico del equipo de Florida a comienzos de temporada. El 5 inicial de los Heat quedaría así: Williams, Wade, Marion, Haslem y... ¿Blount? ¿Barron? Curioso quinteto, al menos.
Este panorama deja a los Suns como posibles candidatos al título de Conferencia Oeste, muy muy muy condicionados al estado físico de Shaquille, y con un margen salarial beneficioso para dentro de 2 años. Es decir, que han echado un órdago con cartas mejorables, porque piensan que ésta puede ser la última oportunidad de lograr el anillo. Y a todo esto, ¿qué pasa con Stoudemire? ¿sigue siendo titular? ¿pasa a la posición de ala-pívot? ¿mandará a la suplencia a Shaquille? Lo cierto es que su estilo de juego no es como el de Marion, por lo que difícilmente realizará la misma función. Sin duda, es menos versátil, aunque sí más dominante. Mezclamos los ingredientes y nos sale un quinteto titular formado por: Nash, Bell, Diaw, Stoudemire y O'Neal. En principio suena bien, sobre todo si el coloso tuviese 4 años menos, pero puede funcionar. Si la cosa pinta mal, a lo mejor optan por acelerar el juego con: Nash, Barbosa, Bell, Diaw y Stoudemire. Sobre gustos, colores.
Entonces, ahora mismo, ¿quién se atreve a decir cuál es el favorito para el Oeste? Parafraseando a Gary Lineker, el baloncesto es un deporte en el que juegan 5 contra 5 y en el que siempre gana San Antonio.
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