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miércoles, 12 de diciembre de 2007

¿Qué le pasa a Hinrich?


Corría el año 2002, y los Bulls eran un equipo en renovación. Jugadores muy jóvenes, como Eddy Curry o Tyson Chandler permitían soñar con una plantilla de garantías a medio-largo plazo. Pero la sombra de Jordan era tan grande que la afición del equipo de la ciudad del viento, que los plazos para unos nuevos éxitos deportivos debían acortarse. Además, el grave accidente de moto de Jay Williams (que casi le cuesta la vida, o por lo menos la movilidad en sus extremidades) obligó a John Paxson a pensar en un base como principal refuerzo para el año entrante.

En ese impasse, llegó el draft del 2003 y los Bulls adquirieron a Kirk Hinrich. Hinrich estaba acostumbrado al éxito. Como jugador universitario, Kirk alcanzó la Final Four en el 2003 con los Kansas Jayhawks, perdiendo contra los Syracuse de Carmelo Anthony y Hakim Warrick. No obstante, fue considerado uno de los mejores jugadores de su generación, lo que le valió salir en el draft de ese año en el puesto número 7 por los Bulls.

Rápidamente se hizo con la titularidad y empezó a demostrar que su brillante carrera universitaria no era fruto de la casualidad. Un buen lanzamiento exterior, buen criterio para organizar el juego e intimidación defensiva eran sus principales armas. Estas características parece que fueron suficientes para que Jerry Colangelo y Mike Krzyzewski se fijaran en él y le incluyeran en la selección americana para el Mundial de Japón. La solución no era extraña: poder contar con los mejores jugadores de una generación (la del 2003), con alguna aportación de otros más jóvenes que puedan crecer con ellos, y establecer las bases para una selección americana de garantías para muchos años.

Pero Hinrich no realizó un buen Mundial. Si bien contaba como titular al principio del campeonato, Chris Paul le fue comiendo terreno y le relegó a una suplencia bien entendida. Y me explico. Bien entendida porque ninguno de sus titulares jugaba más de 30 minutos, y ninguno de sus suplentes jugaba menos de 10, con lo que a pesar de haber perdido galones, seguía jugando minutos.

De todas formas, su participación como integrante de este conjunto permitió al concierto internacional apreciar las carencias de Hinrich. Ninguneado por algunos de sus rivales, Colangelo y Coach-K se dieron cuenta que el potencial de Kirk era realmente limitado, y dejaron de llamarle para posteriores citas. Realmente, Kirk no es un mal jugador, pero siempre se supo que el potencial que tenían el resto de jugadores de su generación (Lebron James, Carmelo Anthony, Dwyane Wade, Chris Bosh,...) era infinitamente mayor al que el ex de Kansas podía ofrecerles. Kirk era lo que veían, y no más.

Actualmente se habla en la NBA sobre un bajón de juego de Hinrich como principal motivo por el cual la marcha de Chicago este año no sea la del año pasado. Si tu base no está bien, el juego colectivo se resiente y los resultados no llegan. Otros achacan esta circunstancia a la ausencia de una referencia ofensiva en la pintura. Ben Wallace nunca fue el mismo jugador que llegó desde Detroit, pero ellos sabían que fichaban a un jugador que pasaba con solvencia la treintena. El banquillo de los Bulls tampoco parece que esté ofreciendo demasiado. Sefolosha y Duhon están algo estancados, y Noah, Gray y compañía no juegan los suficientes minutos como para demostrar que pueden aportar algo más de lo que hacen los titulares en los momentos de descanso.

He leído algunos diarios deportivos de referencia en EE.UU., pero en ninguno de ellos han comentado el tema Hinrich como un bajón físico, o alguna lesión que le impida rendir al 100%. Teniendo en cuenta los mediocres porcentajes de tiro y el descenso en la producción general de Kirk en el juego de conjunto, una lesión leve habría sido una justificación pertinente. Si esto es no así, sólo cabe pensar en una desmotivación del jugador por culpa de verse relegado a un papel de segundón en la marcha del conjunto de los Bulls. Gordon y Deng son las estrellas, y Ben Wallace el mejor pagado. Nocioni es un ídolo en Argentina y en Chicago, por su tenacidad defensiva y conocimiento del juego. Pero Hinrich... ¿Hinrich qué? Pues uno del montón. Si ha pasado de saborear las mieles del éxito en la universidad, en el All Star de Rookies del 2004, en el Mundial, y ahora ya no es ni la tercera referencia ofensiva de un conjunto que quiere aspirar a colarse en playoffs... demasiado cambio.

A lo mejor estoy equivocado, pero me da que un cambios de aires le vendría a Hinrich de perlas para volver a demostrar que se puede tener confianza en un jugador que no forme parte de la pléyade de estrellas. Es incluso posible que los Bulls estén pensando en traspasarlo a Memphis junto con algún otro a cambio de Gasol. ¿Quién sabe? Quizá tengamos noticias antes de lo que pensamos.

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