Por circunstancias personales, me mantendré desconectado del blog durante un tiempo. Espero volver lo antes posible.

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lunes, 10 de diciembre de 2007

Las dos caras de Miami


El regreso a las pistas de Dwyane Wade ha propiciado un despertar en el juego de Miami. Desde la lesión de hombro producida por el ex de la Universidad de Marquette, los Heat no han vuelto a ser los mismos. La temporada nueva trajo consigo nuevas caras, se llevó a otras, pero la situación de la franquicia de Florida no parece que vaya por buenos derroteros.

Algunos podrán echarle la culpa a que Shaquille no intimida tanto como hace unos años, y que con la edad se están asomando las carencias de un jugador que dominó este deporte por su gran potencia y tremendo físico. Falso. Shaq tiene el físico que tiene, y le da para lo que le da, pero un jugador que ha demostrado de sobra que tiene un hueco en el Hall of Fame antes de cumplir la treintena no puede ser denostado por las buenas. Las numerosas lesiones que ha sufrido durante estos años seguro que han hecho mella en su particular físico, pero no obstante sigue siendo un referente ofensivo del equipo, aunque deba gozar de muchos más minutos de descanso que el resto de compañeros.

La dirección de juego es el tema fundamental del fracaso deportivo de Miami. Jason Williams no tiene la frescura y descaro demostrado en los primeros años con Sacramento, ni es la opción ofensiva prioritaria en ausencia de Wade, por cuestiones lógicas. Si además, los refuerzos que llegan para dar descanso al ex-Gator no mejoran en absoluto el banquillo del año pasado, los problemas empiezan a acumularse. El puesto de base es el que tiene que dar sentido al juego del conjunto, y ni Williams ni Parker son capaces de ello hoy en día. ¿Cuestión de Riley? Pues no tengo ni idea. Quizás Pat prefiere un base combo como Wade para dirigir al conjunto y un base puro anotador (o más bien defensor) para hacer las labores complementarias. Si Williams o Parker no son tremendos defensores, problema para Riley.

¿Y si niego la mayor? ¿Y si no puede participar Wade (como ha ocurrido últimamente)? Pues los planes de una temporada se vienen abajo. Si Wade se convierte en la piedra angular sobra la que gira la filosofía del equipo, y éste no puede jugar, la hemos liado. Ahora mismo, no existe en los Heat un jugador capaz de penetrar a canasta de una manera comparable (no igual) a la que lo pueda hacer Dwyane. Si no penetras en la defensa, no puedes doblar balones; si no doblas, no puedes crear situaciones de superioridad numérica; si no creas estas situaciones, tus tiros no pasan de ser situaciones forzadas, con mucho menor acierto, y con el problema de carecer de un jugador que intimide desde el más allá de la línea de 3.

Otra cuestión: si Shaq no está físicamente en condiciones, no puede moverse con total libertad; si no puede moverse con total libertad, no necesita ser defendido con un 2 contra 1; y de esa forma, le será más difícil encontrar un jugador de perímetro con el que poder realizar un juego de poste alto-bajo, o un dentro-fuera de la zona, con lo cual el movimiento de la bola se hace más tosco e impreciso. Los puntos de Shaq seguirán cayendo (12, 15, 17 puntos a lo sumo), procedentes directamente de situaciones de 1 contra 1, balones doblados, rebotes ofensivos,... pero cada vez menos.

Si Wade consigue volver a las canchas de manera permanente, los problemas de Miami se reducirían. Wade permite realizar las penetraciones de las que hablaba antes, su físico le permite anticipaciones en defensa que ninguno de sus compañeros puede hacer, puede doblar el balón con mejor acierto,... y todo esto mejoría el juego de los Heat de una forma espectacular.

Hoy el equipo de Florida se ha enfrentando a los Clippers y han vencido. No debe contar como una victoria significativa por la debilidad del rival; pero, con la mala racha de resultados que llevaban, ¿es posible pensar en un resurgimiento de Miami como potencia en el Este? ¿tiene Miami dos caras, una con Wade y otra sin él? Estaremos a la expectativa en los siguientes encuentros.

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