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viernes, 25 de julio de 2008

Brandon Jennings: el punto de inflexión


Brandon Jennings

La ceremonia del Draft de la NBA cuenta con opiniones para todos los gustos. Algunos maldicen la imposición del Comisionado David Stern que impide elegir a jugadores de menos de 19 años, y otros están más que contentos, porque agradecen no correr el riesgo de obtener un pick que les salga pufo, es decir, un jugador que promete mucho más de lo que finalmente se convierte. Anteriormente, los jugadores recién salidos del High School tenían todas las papeletas para fracasar en la NBA, porque no había disfrutado ningún año del barniz de una competición medianamente cercana a la NBA. Normalmente eran jugadores que dominaban en su categoría, frente a gente de su misma edad, pero sin duda categorías infinitamente inferiores al nivel profesional. Ejemplos para este caso hay decenas, y sería interminable la lista se comienzo a enumerar. Todavía más sangrante resulta cuando la apuesta de una franquicia se realiza con el número 1 de una edición del Draft. ¿Quién no recuerda a Kwame Brown? El discípulo de Jordan nunca estuvo a la altura de las circunstancias, y está considerado como una de las elecciones más catastróficas de la historia de la NBA.

La necesidad de encontrar respuesta a las exigencias inmediatas de una competición de alto nivel puede llegar con el reciente caso de Brandon Jennings. Brandon es un base de 18 años, que acaba de firmar por la Lottomatica Roma. A pesar de contar con ofertas para recalar en la NCAA, procedimiento común al 90 y muchos por ciento de los chavales que tienen aspiraciones de convertirse el día de mañana en jugadores profesionales, viajará a Italia para curtirse más rápidamente. La Universidad de Arizona había apostado fuerte por él, pero sus deficientes notas de ingreso en el College y el interés del equipo italiano han terminado por convencer a Jennings para disputar el Pallacanestro.

Respecto a esta determinación existen demasiadas opiniones, y no todas bienintencionadas. Está claro que esta decisión puede suponer un punto de inflexión en posteriores acontecimientos, en función del éxito de Jennings en este lado del charco. La NCAA es un gran criadero de talentos, pero quizá últimamente está más enfocada al estilo espectacular de la NBA y no tanto al esfuerzo y trabajo colectivo. La mayoría de los scouters (ojeadores) de las franquicias están más entusiasmadas con algún recruit que tenga explosividad y dinamismo suficiente como para dejar en cada partido algún highlight o jugada espectacular. No suelen fijarse en la colocación defensiva o en la intensidad al rebote, o al menos le dan menos importante que en Europa. Si os fijáis en los vídeos de promoción de jugadores, todos contiene en un 99% jugadas de mates al contraataque, tras robo, y sin oposición.

No digo que la decisión de Jennings haya sido acertada, porque hay multitud de talentos europeos que han disputado minutos en ligas competitivas y luego no han brillado excesivamente en la NBA. Y además, la valoración de esta contratación sólo puede hacerse a posteriori. Eso sí, arriesgada seguro que es. A partir de ahora veremos si la llegada de Jennings a Europa es un punto de inflexión o no. Mucho me temo que, ante la bonanza económica del baloncesto ruso, las aspiraciones deportivas de más de un joven talento de High School americano pueden llegar a colmarse en un Khimki, un Dinamo de Moscú o un Olympiakos.

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