La afición nazarí quiere que Curtis se quede

Por aclamación popular. La grada del pabellón del CB Granada dictó sentencia la noche de ayer en el partido que enfrentó a CB Granada y a Unicaja de Málaga. Un Curtis Borchardt, visiblemente emocionado, se retiraba hacia el banquillo acompañado de una banda sonora representada por la coral granadina bajo el título de "Curtis quédate, Curtis quédate, Cuuuuurtis queeedateeeee". Se sienta en el banco y agarra la toalla sin saber qué hacer. No puede gesticular, ni girarse hacia el público. Sabe que la misma toalla con la que se seca el sudor le puede servir de parapeto para ocultar la profunda emoción y no quedar demasiado ñoño. A fin de cuentas, él es un guerrero de la zona, todo corazón y entrega, y no debe ablandarse ante la adversidad. Eso sí, la cara de Borchardt era el reflejo de complicidad y comprensión con el público. Estoy convencido de que si su agente le hubiera acercado el contrato de renovación allí mismo, lo hubiera firmado sin dudar. Curtis está a gusto, y eso es mucho decir en los tiempos que corren.

Al terminar el partido, la reportera de Canal Sur se dirige hacia el americano y le inquiere por esos cánticos de la grada y por su situación futura en el equipo. Borchardt, en su aceptable castellano, contesta con evasivas pero su rostro dice otra cosa: "Con lo adaptado que estoy a la ciudad...". En los tiempos en los que los jugadores no son sino cromos intercambiables del Bollicao, le alegra saber que pueda llegar un tipo desde un lugar tan lejano a identificarse con una afición y con una ciudad. Por el bien de ambos, espero que la relación dure mucho tiempo.

Para ser imparcial, también hay que destacar los gritos de apoyo a Jimmy Hunter, a Vlado Scepanovic, a Nico Gianella, aunque menos intensos y vibrantes. Y todo a pesar del partido, que no tuvo historia desde el comienzo, y al que le sobró la segunda mitad por completo. Unicaja salió a por todas y arrolló a los nazaríes a base de buena defensa, contraataques y acierto exterior, sus mejores armas. La primera parte acabó con una ventaja de los cajistas por 33 puntos, distancia que reflejó la diferencia en el partido de ambos equipos, pero que también enseña la distinto grado de motivación con el que llegó cada uno. El CB Granada no se jugaba nada y el Unicaja, la tercera posición en la tabla. Una ecuación de una incógnita, y encima de primera grado.

Si alguien tuviera el link del vídeo al que hago referencia en el artículo, se lo agradecería.

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