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domingo, 20 de enero de 2008

¿Es Manel Comas la solución?

Partiendo de la base que considero a Manel Comas un entrenador de plenas garantías, capaz de motivar a un conjunto de capa caída y con gran experiencia en la liga (de los que más). A partir de aquí, todo se me tornan dudas: ¿es culpable el ex-entrenador de la mala racha del Cajasol? ¿fue Rubén Magnano un invento de la directiva? ¿es Manel Comas la solución? Pues miren, no lo sé, a ninguna de las preguntas anteriores, pero voy a intentar sacar algunas conclusiones objetivas.


Magnano llega al Cajasol con la vitola de gran entrenador y con la saca de los trofeos muy reluciente. La victoria de la selección argentina en los Juegos Olímpicos de Atenas es su principal joya de la corona. Claro que, una selección que cuenta con jugadores como Ginobili, Scola, Nocioni, Pepe Sánchez, Oberto and company, pues no parece que necesite a una persona para que les diga como se juega a esto. Además, con una trayectoria conjunta relativamente larga, la compenetración y la motivación conjunta de este pléyade de estrellas alcanzó su cénit precisamente en este campeonato. Cabe pensar que cualquier entrenador que hubiese ocupado ese cargo en ese preciso momento habría saboreado igualmente las mieles del éxito.

A pesar de ello, no hay quitarle méritos, pero tampoco ponerle. Y es posible que las propuestas baloncestísticas de Magnano respecto al Cajasol hayan sido desorbitadas, o todo lo contrario. Es decir, que si el binomio talento-actitud era exageradamente grande en la Argentina del momento, no lo fuera tan grande (ni mucho menos) en un equipo de segunda-tercera fila de la competición española. Me duele decirlo, pero es así. Claro que en cuanto a talento, Argentina gana por KO en el primer asalto, pero es que la predisposición del cuadro sevillano no propiciaba un combate en igualdad de condiciones en cuanto a actitud tampoco.

Se trata de un juego colectivo, y no de que cada uno realiza la guerra por su cuenta, y que cuando las cosas en ataque no salen, amarrarse los machos para apretar en defensa y hacer, por lo menos, del Polideportivo San Pablo un fortín. Además, la falta de actitud afectaba también al banquillo: un entrenador que no pone el grito en cielo ante determinadas reacciones, que no pide tiempos muertos cuando debe, que se obceca en mantener en pista a ciertos jugadores que no dan la talla, que no plantea cambios en ataque o defensa para despistar al rival... demasiadas cosas.

Ahora "El Sheriff" ataca de nuevo. Manel Comas sustituye a Magnano en el cargo con una situación del equipo realmente complicada. Penúltimos en la tabla, con sólo 4 victorias, con la moral por los suelos. San Pablo no transmite tampoco. El público que acude al pabellón merece el reconocimiento de la paciencia infinita, a sabiendas de que presenciará otro "quiero y no puedo" del cuadro sevillano. ¿Puede Comas cambiar la situación? Al menos seguro que no les dejará indiferentes.

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