Cuando se acerca la fecha límite para los traspasos en la NBA, comienzan a acumularse los rumores. Generalmente, estos no tienen ningún fundamento, salvo fomentar la llamada de atención a los jugadores de una franquicia en declive durante una temporada para que aumente su motivación y puedan alcanzar los objetivos marcados, ya sea llegar a playoffs, o por lo menos dejar una buena sensación para la siguiente.
Normalmente tampoco hacen demasiado efecto, pero para el gran público, resulta atractivo mantener la tensión sobre una posible nueva adquisición de su equipo favorito. Los traspasos que terminan fraguando tampoco suelen cambiar notablemente la fisionomía de una plantilla, porque es frecuente el cambio de cromos de jugadores de segunda fila que poco o nada aportarían ni a su equipo de procedencia ni a su equipo destino. No obstante, se antoja irónica la posibilidad de observar cómo un jugador jura amor a los colores de una franquicia, para ser traspasado al día siguiente e intentar convencernos de que se siente realmente halagado por el interés de ese nuevo equipo y que demostrará que nació para jugar en él.
A mí, personalmente, me gusta la sensación de inestabilidad que se asienta el mercado antes de la fecha límite. Hasta ahora, no habían surgido grandes rumores, pero como la temporada avanza y muchas franquicias no están dando el do de pecho, es inevitable que surjan rumores como estos:
Gasol a cualquier parte: pensándolo bien, me cuesta trabajo acordarme de una franquicia para la que Gasol no haya sonado alguna vez. A día de hoy, Chicago y Cleveland son las que tienen mejores opciones de lograr un traspaso por él. Como el contrato del español no es económico, el problema de ese traspaso reside en dos grandes pilares: Memphis no quieres desprenderse de su buque insignia de los últimos años (a no ser que encuentre algo tentador a cambio), y además, de encontrar alguna pieza útil para el esquema de Iavaroni, sabe perfectamente que sería imposible esperar por él otro anotador interior de su clase. Gente de su talento están contados con los dedos de las manos, y de eso quiere sacar partido Memphis. En principio, sonó el traspaso a Chicago junto con Navarro a cambio de Tyrus Thomas, Andrés Nocioni, Thabo Sefolosha y Ben Gordon. La suma de los contratos puede cuadrar, pero los Grizzlies querían a Luol Deng en lugar de Gordon (obvio), y los Bulls no son tontos. Respecto a su traspaso a los Cavs, sonó incluso Ilgauskas como pieza de recambio, más algún otro jugador para cuadrar salarios, tipo Ira Newble, Sasha Pavlovic o Damon Jones.
Los Bulls están en el ajo a por todos: necesitan un traspaso urgentemente, y se proponen hacerlo hasta con kioskero de mi barrio. Ahora también están los Nets como posible destino de Nocioni. Hablan de un Nocioni más Sefolosha por Antoine Wright, Bostjan Nachbar, Marcus Williams y Jamaal Magloire. Umm, interesante propuesta. Wright es aún joven y no sabemos cual puede ser su auténtico nivel en la liga; Nachbar sí, un tirador compulsivo que depende demasiado de las rachas; Williams me gusta, y puede ser un buen reserva de Hinrich (o incluso aspirar a la titularidad); y Magloire sigue siendo enorme en tamaño y nulo en actitud, pero enorme en tamaño... les podría interesar.
Webber no termina de firmar: el otrora fantástico ala-pívot sigue en la cartera de muchos contenders por el título. Sin embargo, y a pesar de que él mismo afirmó que estaba dispuesto a firmar en dos semanas por algún equipo, no hay nada hecho. Suenan Pistons y Lakers como posibles destinos. Pistons, por el buen sabor de boca que dejó el año pasado tras ser cortado por los Sixers; y Lakers, por la necesidad de un interior de calidad para suplir la ausencia por lesión de su gran promesa Andrew Bynum, si quieren seguir optando a una plaza de playoffs. Ahora se suma a la puja por Chris Webber la franquicia de Oakland, Golden State. Veremos por cual se decide. A decir verdad, el estado de su rodilla es el factor clave en este asunto. Si puede soportar unos playoffs largos, lo lógico sería pensar en su llegada a Detroit, donde ya sabe la forma de entrenar de Flip Saunders y no le costaría adaptarse al grupo. Si necesita una retirada con gramour como vaca sagrada de la liga, Lakers puede ser su opción, pero en muy segunda fila. Llegar a Golden State es misión casi imposible, debido sobre todo al juego atlético, dinámico y rápido de la franquicia californiana impuesto por Don Nelson.
Damon Stoudamire cortado: que Super Ratón no pasa por sus mejores momentos... está claro. Que ya no es el jugador desequilibrante que le permitió erigirse como novato del año en el 96, pues tampoco. Pero que puede aportar algo a un contender con carencias en la dirección de juego, por supuesto. Experiencia no le falta. ¿Actitud? Imagino que no será la misma que tiene ahora en Memphis. Ahora que los jóvenes Conley y Lowry le han comido terreno, no hay sitio para él en Tenneessee y busca ser cortado para firma con Miami, Toronto o incluso Boston. Miami es el sueño dorado: buen clima, cinco o diez minutos por partido, pocas aspiraciones para llegar a playoffs... víspera de una retirada. Toronto fue su primera casa, y ahora necesita un base reserva para suplir a Calderón (ya hablaré de Calderón en otro artículo)... buena opción. Boston parece que quiere reclutar a un regimiento de veteranos. Stoudamire podría aportar a la dirección de los Celtics lo que no pueden ni Rondo ni House.
Kirilenko por Marion a pelo: quizás el traspaso más sugerente si se produjese. Ambos equipos contarían con piezas muy útiles en sus esquemas, de características similares, pero que no están en su mejor momento, ni de juego ni de ego. Ambos jugadores verían incrementada su participación, su estado anímico y su valoración en la liga. A todas luces recomendable. Es más, en este traspaso no tendrían que incluirse otros jugadores. Los salarios cuadran (no son iguales, pero están en el límite exigible por la NBA). Las dudas llegan cuando los tejanos piensan que Kirilenko tardará en aclimatarse al sistema dinámico de los Suns, y los mormones piensan que Marion no podrá utilizar su velocidad para sacar ventaja en un sistema mucho más metódico como el de Sloan. ¿Merece la pena correr el riesgo?
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