Por circunstancias personales, me mantendré desconectado del blog durante un tiempo. Espero volver lo antes posible.

Gracias por vuestra comprensión y un saludo a todos.

jueves, 24 de julio de 2008

Se deshojó la margarita

Jorge Garbajosa se decidió por fin a regresar a Europa, y lo hizo, para sorpresa de la mayoría, para firmar por el Khimki de Moscú. El equipo ruso llevaba realizando grandes desembolsos durante las últimas temporadas, pero en la presente han roto completamente los esquemas a sus competidores. Tras la incorporación del escolta argentino Carlos Delfino, sus redes fueron a parar a uno de los agentes libres más cotizados del mercado europeo, el ala-pívot español Jorge Garbajosa.

El de Torrejón contaba con ofertas de Unicaja, Real Madrid, e incluso con el interés (sin concretar oferta alguna) de Los Angeles Lakers y San Antonio Spurs. Finalmente el equipo ruso fue el que más dinero puso sobre la mesa. El contrato, sinceramente desorbitante, al menos para lo que estamos acostumbrados en Europa. Aunque eso sí, si hay que pagarlo por alguien, que sea por Jorge.

Los términos del contrato parecen establecidos en 3 millones de euros por temporada, y una duración de 3 temporadas. Algo menos de lo que cobraba el año pasado en Toronto, pero bastante más de lo que podían permitirse tanto Unicaja como Real Madrid, que cuentan ya en sus filas con unas fichas exageradamente grandes.

Allí coincidirá con varios ex-ACB, como Maciej Lampe, Jerome Moiso y Pat Burke, además de otros jugadores con gran cartel en Europa, como Milt Palacio, Vladimir Verameenko, Anton Ponkrashov y por supuesto Carlos Delfino. La dupla Delfino-Garbajosa promete de lo lindo en la próxima temporada. CSKA ya no es el claro ganador de la Superliga Rusa, pese a contar todavía (y uno año más) con el banquillo más profundo de toda la Euroliga. No me pierdo este año la liga europea por nada del mundo...

Sin embargo, la inclusión en el baloncesto de magnates rusos dispuestos a ofrecer grandes cantidades de dinero por estrellas internacionales está inflacionando el mercado, y quizá la dirección de la FIBA debería tomar cartas en el asunto, y no provocar un caos financiero en la mayoría de los clubes que no cuentan con el apoyo de un multimillonario detrás. Ese problema ya llegó hace tiempo al fútbol, y así han llegado a la quiebra muchos de ellos. La opción más lógica es la del límite salarial al estilo NBA, con la ventaja de no contar con una liga cerrada que impida el libre fomento de jóvenes jugadores. Pero de eso podríamos hablar otro día.

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